¡Te amo coño!

domingo, 5 de agosto de 2012

Perdóname. No tendrías que verme en este estado.

Ni siquiera sé por qué me he presentado aquí a estas horas, sin avisar. Sé que te doy asco cuando bebo, aunque solo sea un poquito. Es que alguien me ha servido un cocktail extraño de ansias, cansancio y ganas y me he bebido hasta la última gota. No me mires así, joder. Ya sé que estoy borracha.
Lo siento. Soy una malhablada. No tendría que haberte despertado en medio de la noche de esta manera, para arrancar de cuajo tu respiración acompasada, tu llanura emocional, tus complicaciones escondidas bajo la cama. Tú no tienes culpa de que a mí se me haya subido tanta ambigüedad a la cabeza y vaya ahora dando tumbos de un lado a otro, sin ton ni son. Es mi problema si no soy capaz de caminar en línea recta sin ayuda.
Disculpa, no tenía que haber llamado a tu puerta en el momento más inoportuno. Estabas mejor durmiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario