- ...¿te acuerdas del niño aquel de gafas de pasta, Bea?
Si, el que no paraba de correr detrás de ti todos y cada uno de los
recreos para robarte algún beso. Mira que eras arisca. Pobre chico.
- ¿Pobre chico? ¡Arg! sabes bien que no me interesaban esos asuntos
cuando era una renacuaja, y a ti tampoco. Qué buenos años... que pocos
quebraderos de cabeza. ¿Te acuerdas cuando nos fugábamos de catequésis
para acostarnos en el césped del parque de más abajo de la iglesia y hablar?
- Que si me acuerdo dice... de la bronca que me echó mi madre el día que nos pilló el cura también me acuerdo.
- ¡¡Hostias!! No me acordaba de eso...
[...]
- Oye, Samantha, tú cuando seas mayor, ¿vas a tener novio?
- Pues no lo sé, supongo que sí. Todas las mayores lo tienen, ¿por?
- No sé, por saber. Es que a veces lo pienso, cómo va a ser mi novio y todo eso.
- A ver... ¿cómo te lo imaginas?
- Ay, no sé, yo creo que una mezcla de Miguel y Diego, de Rebelde.
- Anda, no disimules pillina, que tú lo que quieres es que sea como el gafotas de Daniel...
- ¡¡¡¡No!!!! Ay, qué pesado es. Yo lo que quiero es uno que sea como los chicos de los cuentos, no baboso y pesado como Dani.
- Te diré algo... Yo creo que los chicos de los cuentos solo están en los cuentos. Vamos, que solo son atentos y románticos hasta decir basta, en las películas. Además, no seas tonta... No querrás estar con un tío que está programado para pasarse horas diciendo “cuelga tú, no tonta cuelga tú..." Bea, los príncipes azules son para las princesas, y tú y yo no somos princesas.
- ¡¡¡NIÑAAAAAS!!! ¡¡¡Pero bueno!!! ¿Otra vez aquí? ¡¡Yo ya no sé qué hacer con vosotras!!
- Mierda, ¡el cura otra vez! Tenemos que buscar un sitio mejor para escondernos!
[...]
- ...Bea, ¡¡BEEAA!!
- ...eh... eh, dime, dime
- Joder tía... estás hoy en otro mundo. ¡¡¡Que reacciones!!!
- Ja,ja,ja...que graciosa. Es que recordaba nuestras conversaciones en el césped. Y, ¿Sabes qué Sami? Tenías razón... Los príncipes son sólo para las princesas.
- No sé, por saber. Es que a veces lo pienso, cómo va a ser mi novio y todo eso.
- A ver... ¿cómo te lo imaginas?
- Ay, no sé, yo creo que una mezcla de Miguel y Diego, de Rebelde.
- Anda, no disimules pillina, que tú lo que quieres es que sea como el gafotas de Daniel...
- ¡¡¡¡No!!!! Ay, qué pesado es. Yo lo que quiero es uno que sea como los chicos de los cuentos, no baboso y pesado como Dani.
- Te diré algo... Yo creo que los chicos de los cuentos solo están en los cuentos. Vamos, que solo son atentos y románticos hasta decir basta, en las películas. Además, no seas tonta... No querrás estar con un tío que está programado para pasarse horas diciendo “cuelga tú, no tonta cuelga tú..." Bea, los príncipes azules son para las princesas, y tú y yo no somos princesas.
- ¡¡¡NIÑAAAAAS!!! ¡¡¡Pero bueno!!! ¿Otra vez aquí? ¡¡Yo ya no sé qué hacer con vosotras!!
- Mierda, ¡el cura otra vez! Tenemos que buscar un sitio mejor para escondernos!
[...]
- ...Bea, ¡¡BEEAA!!
- ...eh... eh, dime, dime
- Joder tía... estás hoy en otro mundo. ¡¡¡Que reacciones!!!
- Ja,ja,ja...que graciosa. Es que recordaba nuestras conversaciones en el césped. Y, ¿Sabes qué Sami? Tenías razón... Los príncipes son sólo para las princesas.
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