¡Te amo coño!

domingo, 5 de agosto de 2012

Tenía que haber sido un beso que durara un siglo bisiesto.

Y entre tanto, habría tenido tiempo de sobra para corretear con mis dedos índice y corazón por tus manos. Por tu brazo. Por tu espalda. Por tu hombro derecho. Por tu cuello.
 Y caricias. Después, caricias.
Habría acabado con todos los quizases del mundo. Puede que así lo hubiese conseguido.
Quizá. No es justo. Voy a tener que aplazarlo otra noche más. Otra más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario