¡Te amo coño!

domingo, 15 de abril de 2012

De mis dudas podría hablar eternamente.

Y dar vueltas sobre ellas como si de dar la vuelta al mundo se tratase. Recorrerlas tantas veces que acabara agotada de mí misma y terminara por estancarme en algún recóndito lugar de mi propia cabeza.

Soy tan pequeña. Soy tan pequeña a veces. Del tamaño de una cabeza de alfiler.

Me siento cruda y fuera de lugar. Diría que es una sensación comparable a que te pongan un examen de mecánica cuántica en parvulario, o a estar permanentemente en el extranjero, rodeada de un montón de calles que no has visto jamás.
Me siento así a veces, no sé por qué. Es la mitad oscura de la que estoy hecha, donde se guardan los dilemas, las fatigas y las caídas que he tenido desde tiempos remotos.

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