¡Te amo coño!
viernes, 6 de julio de 2012
Para eso me quería, para eso y nada más...
Para citarme en medio de la noche y agujerear mis entrañas con sus pupilas mientras dejaba por todo mi cuerpo el rastro de sus huellas dactilares. Para que la intensidad de cada beso me hiciera morir en el acto. Para cogerme por la cintura y estrujarme como si no fuera a verme más, como si fuera la última vez, como si dos segundos más tarde fuera a coger un vuelo sin retorno directo a la Patagonia. Todo estaba estudiado. Cada uno de los suspiros que me arrancó de cuajo. Todo calculado, lo sé. Y todo sin mediar palabra.
Eso no se hace. Hacerme bajar la guardia, endulzarme así la sangre, saciarse hasta quedar satisfecho y después despegar los labios para construir un monumento gigantesco a la contradicción.
- 'No tengo las cosas claras'
Es inhumano, cruel, mezquino irse así y dejarme trastornada en medio de la nada.
De vuelta a casa me he caído. Caminaba arrastrando dos pies que pesaban toneladas, pensando en que pude haber hecho mal y me he tropezado. Y ni siquiera me importa. No sé cuánto tiempo llevo deseando volver a besarle, sentirlo, que estuviera conmigo... No quiero levantarme. Me retumba en los oídos esa dichosa frase. Dos mil decibelios con su voz diciéndome que ya nos veríamos, por ahí, cuando fuera posible. Ahora que lo pienso, tenía que haberlo adivinado. No era propio de él decirte 'te quiero' sin querer nada a cambio...
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