¡Te amo coño!

lunes, 9 de julio de 2012

Es hora de que acepte que jamás volveremos a estar a solas.


Aunque intente escapar contigo al lugar más remoto del planeta será inútil. Allí también estará ella. Ella, incorpórea, traslúcida, fantasmal. Ella, esa constante construcción mental tuya que te sigue a todas partes. No hace falta que digas nada. Sé que la echas de menos. Sé que la nostalgia te susurra su nombre mientras me quitas la ropa. Sé que soy un sucedáneo envuelto en deseo y pasión vacía.

Es hora de que acepte que nunca he sido yo.

De nada sirvió apretar con todas mis fuerzas mis labios contra los tuyos, como tampoco sirvió de nada mi paciencia infinita, mi ternura desbordada, mis suicidios verbales traducidos en declaraciones de amor de dos palabras, mis ganas infinitas de que un día dejaras de verme sin más y empezaras a mirarme.

Acepto mi derrota. Eres libre. Ya puedes volver a casa.

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