Yo no nací para ser la más guapa, ni aquella que saca matrículas de honor. No soy tampoco la mejor deportista, ni la que mejor baila, canta o actúa. No nací para ganar todo lo que me propongo, para ser la estrella ni la que despunta, la que es querida por todo el mundo. Yo no nací para ser perfecta. Soy aquella que se despierta a veces de un humor un poco difícil de llevar, que odia madrugar después de una noche larga que le abran la ventana y le de la luz, que odia tener que desayunar y siempre lo hace desganadamente. Soy esa tiquismiqui que cuando no le gusta algo de la comida lo aparta y le da igual si eso queda bien o mal en público. Soy esa a la que se le suele escuchar porque siempre va gritando, aquella que se cae con la cosa más estúpida, aquella que pone malas caras...soy aquella que con una sonrisa, dice como se siente. Soy esa que canta en la ducha, pensando que es un escenario, a la que no le gusta hablar delante de mucha gente y más si es desconocida, pero lo hace. Soy esa que comete el mismo error infinitas veces, que se puede acostar con veinte hombres sin preguntar si quiera el nombre, la que confía en quien no debería de haber confiado. Esa que a veces pasa de las advertencias, a la que le molestan millones de cosas y no tiene reparo en quejarse de ellas. Soy aquella, a la que le da igual que piensa la gente de ella, por si folla en un coche, es multiorgásmica, o eructa en público. Soy todo eso. Pero nací, para ser feliz, nada más.
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