¡Te amo coño!
lunes, 9 de julio de 2012
Olvido.
Hay momentos en los que solo escribir me consuela. El teclado me entiende, no me critica, y me deja hablar hasta el final, no me interrumpe. Hay muchos motivos por los que puedo llegar a pasar del éxtasis al abatimiento, pero a veces no sé diferenciar bien esas razones. Veces en las que ni estar rodeada de mil personas consiguen que no me sienta sola, y que tu ausencia se nota, que hasta tus silencios acompañaban. El precio de los errores se ha puesto por las nubes y yo aposté por ellos y ahora estoy en bancarrota sentimental. Vago sin respuestas, mientras, mi ánima sigue por ahí de vacaciones contigo.
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