Los hombres se parecen a esos relojes a los cuales se les ha dado cuerda, y andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se le da cuerda el reloj de la vida humana, para que se repita una vez más ese rancio sonsonete gastado, que suena repitiéndose como una caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo,con variaciones apenas perceptibles
No hay comentarios:
Publicar un comentario