No creí jamás llegar a este punto, de necesitar un porro para poder olvidar, y desaparecer mentalmente durante unos escasos veinte minutos.
Principalmente, estoy decepcionada de mi misma. De niña, odiaba que mi padre fumara, y ahora estoy siempre desesperada porque compre tabaco, y poder robarle unos cuantos, cuando no se dé cuenta.
De pedirle dinero a mi madre, para coger guaguas y acabar yendo caminando para después con ese dinero, pillar grifa, o cogollos.
¿A qué punto de mi vida he llegado? Antes juzgaba a los demás por hacer lo que yo hago ahora. Me siento sucia, pero no puedo dejarlo. No ya por vicio, ya no por adicción, ya es por la sensación. Ya es por olvidar, por dejar de sentir. Por no saber nada,
La primera vez que le di una calada un porro y mantuve el humo, pensé que, cuando lo expulsara, ya no habría dolor, que cuando volviese a a la normalidad todo estaría bien. Pero no fue así. Todo seguía ahí a la mañana siguiente, lo unico que quedó de rastro fueron las chinas, en mi ropa. Nada mas que eso, acompañado de soledad.
Se como te sientes tía, yo antes también fumaba porros pero las cosas que se clavan dentro no se borran con nada, que ayuda, pues si, pero lo que tú has dicho, solo por un momento.
ResponderEliminarSigue escribiendo. Un besito.
www.unbilletedeida0.blogspot.com
Por si te hace pasarte :)